Esta receta es ideal si tenemos visita a la hora del té o para la merienda. Se preparan en un abrir y cerrar de ojos y no necesitáis ser unos expertos reposteros.
Para esta receta vamos a utilizar masa de hojaldre refrigerada. Cualquier marca es perfecta pero la de Lidl es ideal. Tiene un sabor estupendo, sube muy bien en el horno y las planchas son rectangulares, que para esta preparación, vienen de maravilla.
La receta la leí en el blog de mylittlethings.com y me encantó. De hecho, en casa volaron... Así que aquí va volando también la receta...
Ingredientes:
un par de rollos de masa de hojaldre refrigerada
20 grs de mantequilla ablandada
90 grs de azúcar moreno
125 grs de almendra molida
30 grs de harina
1 huevo
2 cucharadas de ron y otro licor
1 cucharadita de vainilla
canela
Para el glaseado:
100 grs de azúcar glacè
1 cucharadita de vainilla
un poquito de agua
En un bol, batimos la mantequilla, y el azúcar. Incorporamos el huevo, la almendra molida, el ron y la vainilla, de último, la harina. Reservamos.
Extendemos una de las masas de hojaldre y esparcimos por toda la superficie la mitad de la masa de almendra que tenemos preparada. Enrollamos, y cortamos en rodajas de unos dos dedos de ancho. Colocamos cada rodaja dentro de un molde de muffin de silicona. Repetimos este proceso con la otra masa de hojaldre y el resto de la pasta de almendra.
Esparcimos canela sobre los rollos y horneamos en horno precalentado a 180º. Estarán listos cuando el hojaldre esté doradito.
Mientras, preparamos el glaseado mezclando el azúcar glacè con la vainilla. Incorporamos un par de cucharaditas de agua o hasta que nos quede un pelín líquido. Lo repartimos sobre las caracolitas horneadas y... listo!!
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