Conserva: “Carne,
pescado, fruta, etc., preparados convenientemente y envasados herméticamente
para ser conservados comestibles durante mucho tiempo”. Y aunque este blog
habla fundamentalmente de postres, y bollería, me vais a permitir que también
os prepare algún tentempié…
Cuando una de mis mejores amigas, Sandra, me llamó hace un par de semanas para ver si quería participar del proceso de la conserva de atún con su madre y su tía, no lo dudé, sabía que sería
interesante. Y aquí está el resultado: un rico atún conservado en aceite.
El proceso es largo
pero sencillo. Aquí os lo explico con algunas fotos:
Preparamos el pescado
en trozos sin piel y con la mínima cantidad de espinas (esto lo prepara
normalmente la pescadera/o, así que, un trabajo menos).
Y ponemos a cocer los
lomos en agua con sal, aproximadamente unos 20-30 minutos, dependiendo de la
pieza. Sabremos que está listo cuando esté totalmente blanco, por fuera y por
dentro.
Dejamos templar.
Cortando el atún con
las manos, iremos rellenando los botes, previamente hervidos o lavados en el
lavavajillas. Los rellenamos de aceite (en nuestro caso, de oliva virgen).
Comprobamos con una aguja de calcetar, o algo parecido, que no nos queden
huecos de aire y que el aceite lo cubra todo.
Cerramos los botes y
los ponemos en una cazuela. Rellenamos con agua. Y ponemos a hervir. Dejamos
que hiervan durante 45 minutos y dejamos enfriar sin sacar los botes ni el
agua, hasta el día siguiente.
La conserva estará
lista a partir del décimo día. ¡Gracias, chicas!
Hace un par de días
abrimos la primera conserva en casa, y preparamos, como no, una empanada
gallega. Imagino que todos vosotros sabéis prepararla, pero por si acaso, aquí
va la receta para un molde redondo de unos 22 cms de diámetro:
Ingredientes:
Para la zaragallada
(relleno):
5 cebollas medianas
1 diente de ajo
4 cucharadas de
tomate frito casero
200 grs de atún
aceite
sal
Para la masa:
250 grs, y un poco
más, de harina
10 grs de sal
150 ml de agua
20 grs de levadura
fresca
un chorro de aceite
un huevo para pintar
Preparamos la masa,
haciendo un volcán con la harina, sobre el que vamos añadiendo el agua, el
aceite y la sal. Amasamos. Por último, añadimos la levadura con un poquito de
agua. Dejamos reposar (mi truco: tapada con un paño húmedo en el horno apagado
pero precalentado a 50º) hasta que doble su tamaño.
Mientras, preparamos
la “zaragallada” sofriendo la cebolla y el ajo en una sartén con un par de
cucharadas de aceite (acuérdate de la sal). Cuando esté lista, añadimos el
tomate y revolvemos.
Estiramos la mitad de
la masa en una superficie enharinada, y colocamos sobre el molde. Rellenamos de
la “zaragallada” y el atún.
Tapamos con la otra mitad de la masa. Cerramos y
pinchamos varias veces con un tenedor. Pintamos la superficie con el huevo
batido.
Horneamos durante
unos 30 minutos a 200º.
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