Ya sé que muchos conoceis esta receta, pero no quería que nadie se quedara sin saber lo fácil y resultona que es. Si es que... ¡ni siquiera va al horno!
Como podéis adivinar, consiste en una base de galleta y tres pisos de chocolates: negro, con leche y blanco. Un truco muy interesante es que no es necesario esperar a que cuaje cada una de las partes, sino que es suficiente el tiempo entre preparación para que se cuaje lo suficiente. Además, es súper importante que para verter cada una de las capas hacerlo sobre una cuchara colocada boca abajo, para que la preparación que vertemos no estropee la de abajo al caer con fuerza.
Ingredientes:
200 grs de galletas tipo María trituradas
150 grs de mantequilla derretida
150 grs de chocolate negro
150 grs de chocolate con leche
150 grs de chocolate blanco
3 sobres de preparado para cuajada (1 para cada capa)
750 ml de nata (250 ml para cada capa)
750 ml de leche (250 ml para cada capa)
100 grs de azúcar (50 grs para cada capa, excepto para la de chocolate blanco)
En un bol, mezclamos las galletas trituradas con la mantequilla.
En un molde redondo desmoldable forramos con la preparación anterior, a modo de base.
Preparamos cada una de las partes igual, comenzando con el chocolate negro, con leche y finalizamos con el blanco:
- De los 250 ml de leche, separamos una taza, donde vamos a disolver el sobre de cuajada. Reservamos.
- En un cazo vertemos el resto de la leche, la nata (250 ml), 50 grs de azúcar (no con la capa de chocolate blanco) y el chocolate. Lo ponemos a fuego medio removiendo para que no se nos pegue.
- Cuando comience a hervir, vertemos la cuajada disuelta. Removemos un par de minutos más y vertemos esta preparación rápidamente sobre la base de galletas o sobre la capa anterior de chocolate. ¡Con muchísimo cuidado de que no se nos vaya a romper la capa anterior! (truco de la cuchara al revés).
Cuando esté templada, la introducimos en el frigorífico y la dejamos enfríar mejor de un día para otro.
Para desmoldarla, tiene que estar bien fría (podemos meterla 10 minutos en el congelador). Así sacaremos el aro del molde sin problemas.
Ahhhhh! La cuchara de plástico!!!!!! Ese nivel de glamour, que no decaiga, please!!! Jeje...
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